EFE.- Al menos 40 gazatíes murieron desde la madrugada de este miércoles en los bombardeos israelíes contra la Franja de Gaza y tras una estampida ocurrida en un centro de distribución de ayuda humanitaria, confirmaron a EFE fuentes médicas en el enclave.
Al menos 20 personas fallecieron y varias más resultaron heridas por asfixia durante una estampida en las inmediaciones de un centro gestionado por la Fundación Humanitaria para Gaza (GHF, en inglés), al norte de la ciudad sureña de Rafah, según estas fuentes.
Antes, la GHF, respaldada por Israel y Estados Unidos y criticada por la ONU y organizaciones humanitarias por los repetidos episodios de violencia en sus puntos de distribución de alimentos, describió el suceso como un «incidente» causado por personas «armadas y afiliadas a Hamás» dentro de la multitud, y dijo que 19 personas murieron pisoteadas y una apuñalada.
El Ministerio de Sanidad gazatí, controlado por Hamás, atribuyó al «gas lacrimógeno disparado contra la gente hambrienta y la posterior estampida» la muerte de al menos 15 de los 21 palestinos que perdieron la vida en un punto de reparto de ayuda.
«21 ciudadanos murieron, incluidos 15 que fallecieron por asfixia como resultado del gas lacrimógeno disparado contra la gente hambrienta y la posterior estampida en el centro de distribución estadounidense», aseguró el ministerio en un comunicado, sin dar más información sobre el resto de fallecidos.
Además, cuatro personas (entre ellas un niño de seis años y un bebé de un año) murieron en ataques israelíes contra el campamento de desplazados de Al Mawasi, cerca de Jan Yunis, también en el sur de la Franja, según fuentes médicas.
Otros seis gazatíes fallecieron en el centro del enclave tras registrarse bombardeos sobre una tienda de campaña, un edificio residencial y un café en las inmediaciones de la playa de Al Zuweida.
Y en la norteña Ciudad de Gaza, tres personas, incluido un bebé, murieron en un ataque contra la vivienda de la familia Al Hattab, mientras que otras dos fallecieron a causa de heridas sufridas en bombardeos anteriores.
También se registraron varios fallecidos en ataques israelíes contra diferentes puntos del centro y el norte del enclave.
El Ejército israelí no se pronunció sobre estos casos específicos, pero informó este miércoles en un comunicado castrense de que durante el último día atacó «más de 120 objetivos terroristas», incluyendo «células terroristas, estructuras militares, instalaciones de armas e infraestructura subterránea» en Gaza.
Israel afianza su control del sur de Gaza
Mientras, el Ejército israelí completó recientemente la apertura de un nuevo corredor que divide en dos la localidad de Jan Yunis, en el sur de la Franja de Gaza, afianzando su control del territorio, detalla hoy un comunicado castrense.
La carretera, bautizada por las fuerzas como «Magen Oz», separa el oeste de Jan Yunis, donde miles de palestinos desplazados viven en tiendas de campaña junto a la costa, del este de la localidad.
«Con una extensión aproximada de 15 kilómetros, este corredor es clave para presionar a Hamás y lograr la derrota definitiva de su Brigada de Jan Yunis», aseguró en un comunicado el Ejército israelí.
El anuncio llega en plenas negociaciones indirectas con Hamás para lograr un acuerdo de alto el fuego y liberación de rehenes en Gaza, en las que el asunto de la retirada de los soldados israelíes a posiciones previas a la ruptura de la anterior tregua se ha convertido en uno de los principales escollos.
«Corredor de Morag»
Tras romper de manera unilateral el alto el fuego en vigor desde principios de año, Israel dividió en dos el sur de Gaza con la apertura del bautizado como «corredor de Morag», que separa Jan Yunis de Rafah, localidad en el extremo sur de la Franja con una amplia presencia de tropas israelíes.
Desde entonces, las fuerzas han ido avanzando y tomando cada vez más territorio, mientras la población palestina se ha visto obligada a concentrarse en una franja de territorio junto a la costa cada vez más reducida.
A comienzos de julio, el Ejército israelí aseguró que ya tenía el control «operativo» de aproximadamente el 65 % del enclave.