POR AGENCIA EFE.- Al menos dos personas murieron y una más resultó herida este lunes en un atentado con carro bomba perpetrado contra una estación policial del municipio colombiano de Suárez, en el convulso departamento del Cauca, confirmaron fuentes oficiales.
El ministro de Defensa, Pedro Sánchez, acusó del ataque al Estado Mayor Central (EMC), la mayor disidencia de las FARC, y dijo que este fue perpetrado «mediante un vehículo cargado con explosivos, lanzamiento de cilindros y ráfagas de fusil», lo que dejó dos civiles muertos y un policía herido.
«Este hecho demuestra el desespero cobarde de la estructura criminal ante la pérdida de control territorial y el debilitamiento de sus finanzas ilegales derivadas del narcotráfico, la minería ilegal y la extorsión, esto como resultado de la presión sostenida de nuestras Fuerzas Militares y de Policía», agregó el alto funcionario.
Las autoridades están ofreciendo una recompensa de hasta 200 millones de pesos (unos 52,000 dólares) por «información que permita anticipar y evitar hechos similares».
«Mi solidaridad con las familias de las víctimas de este atroz atentado. Lamentamos la pérdida de vidas inocentes y el dolor que hoy las acompaña. No están solas: el Estado actuará con toda su capacidad para garantizar verdad, justicia y protección», expresó Sánchez.
El gobernador del Cauca, Octavio Guzmán, lamentó que la violencia pretenda «arrebatarle la tranquilidad» a comunidades como las de Suárez, de donde es oriunda la vicepresidenta colombiana, Francia Márquez, y rechazó «el atentado perpetrado contra la estación de Policía en el Cauca».
«La violencia no puede ser el lenguaje de quienes buscan el poder desde el miedo. Se necesita fortalecer la presencia integral del Estado en el departamento, con más garantías de seguridad. El Cauca merece vivir en paz, con esperanza y sin miedo», señaló el gobernador.
El Cauca es uno de los departamentos más golpeados por el conflicto armado colombiano e incluso después de la firma de la paz con la antigua guerrilla de las FARC, en 2016, siguió siendo escenario de violencia.
En ese departamento, situado entre las montañas de la cordillera de los Andes y el océano Pacífico, son fuertes varios bloques de las disidencias de las FARC, pero también operan la guerrilla del Ejército de Liberación Nacional (ELN) y bandas de narcotraficantes que controlan los cultivos de coca y las rutas para el tráfico internacional de drogas.
Durante los últimos meses, varios eventos similares con explosivos cerca de puestos policiales se han cobrado la vida de policías, soldados y civiles en esa región.

              








