La Dirección General de Epidemiología informó este jueves que en la República Dominicana se ha observado un incremento en el número de casos de malaria, especialmente en provincias como Azua y San Juan, donde la alta demanda de mano de obra migrante en actividades agrícolas ha aumentado el riesgo de transmisión. En lo que va de año se registran 872 casos confirmado
La información se dio a conocer mediante su reporte de la semana 42 de dicho organismo. Este aumento se podría vincular a los grandes flujos migratorios y la movilidad de migrantes que llegan al país para trabajar por períodos cortos.
Un foco de malaria son los casos que ocurren en una zona delimitada y circunscrita situada en un área que actual o anteriormente era malárica y que presenta las condiciones epidemiológicas y ecológicas necesarias para la transmisión de la enfermedad.
El Ministerio de Salud informa que: un foco activo es donde se han detectado casos autóctonos durante el año calendario en curso. El residual inactivo es aquel en el cual el último caso autóctono se detectó en el año calendario anterior o hasta tres años antes, y el eliminado es el foco sin casos autóctonos por tres años o más.
Asimismo, expresó que las estrategias e iniciativas para la eliminación de la malaria tiene como propósito transformar los focos activos de malaria en focos eliminados e ir consolidando los territorios libres de transmisión.
Erradicación de la enfermedad
Se procura que la población tenga acceso al diagnóstico y al tratamiento en el menor tiempo posible y que, ante la detección de cada caso, se emprendan acciones para detectar casos nuevos. De igual manera, garantizar que la población en riesgo tenga acceso a las medidas de control de vectores como mosquiteros tratados con insecticidas y rociado residual intradomiciliario. Dentro de las intervenciones necesarias están la detección activa de casos en los centros de salud y detección proactiva.