El cardenal Angelo Becciu, antiguo alto funcionario del Vaticano condenado por malversación de fondos, sorprendió al presentarse este martes en el precónclave celebrado en Roma, pese a la expresa prohibición del papa Francisco de participar en actividades vinculadas al Cónclave.
Becciu, quien fue sentenciado en diciembre por su implicación en el escándalo financiero relacionado con la compra de un edificio de lujo en Londres con fondos de la Santa Sede, argumentó que su condena aún no es definitiva y que, en consecuencia, conserva su derecho a participar en la elección del próximo pontífice.
"Mi presencia es legítima. No existe una sentencia firme que me impida ejercer mis derechos como cardenal elector", declaró Becciu a su llegada al evento, en medio de una fuerte expectación mediática.
El papa Francisco había revocado en 2020 varios de los privilegios eclesiásticos del cardenal, incluyendo su derecho a votar en un futuro cónclave, como parte de un proceso de reforma y transparencia financiera dentro del Vaticano. Sin embargo, la reciente apelación presentada por Becciu ha generado un vacío legal que le ha permitido desafiar la restricción impuesta por el pontífice.
La asistencia del cardenal al precónclave, una serie de reuniones informales previas al cónclave oficial donde se perfila la figura del próximo papa, ha generado controversia entre los sectores más conservadores y progresistas de la Iglesia, y ha puesto en entredicho los límites del poder papal en situaciones judiciales aún no concluidas.
Por el momento, el Vaticano no ha emitido una declaración oficial sobre la presencia de Becciu, pero se espera que el tema sea abordado en las próximas jornadas del encuentro. Mientras tanto, el escándalo vuelve a encender el debate sobre la transparencia y la rendición de cuentas dentro de la Iglesia católica.