Alarma en el sur de China tras fuerte brote de chikungunya, más de 7000 contagios en solo un mes. Las autoridades sanitarias retomaron medidas similares a las aplicadas durante la pandemia ante la rápida propagación del virus en ciudades como Foshan, donde se concentra la mayoría de los casos.
En tan solo un mes se han registrado más de 7,000 contagios, con unos 3,000 nuevos casos en la última semana, una cifra que encendió las alarmas entre la población y en redes sociales, donde se ha expresado preocupación por la reaparición de restricciones sanitarias estrictas.
Entre las medidas adoptadas en hospitales están el aislamiento obligatorio de al menos una semana, el uso de mosquiteras para evitar la propagación del virus y la condición de obtener un resultado negativo antes del alta médica, protocolos que recuerdan a los tiempos más rigurosos del COVID-19.
La situación ha sido tan crítica que el Gobierno de Estados Unidos emitió una advertencia de viaje, recomendando a sus ciudadanos extremar precauciones si planean viajar a China o ya se encuentran allí.
Aunque las autoridades locales aseguran que el 95% de los infectados se recupera en siete días, el alto ritmo de transmisión ha motivado campañas de emergencia para el control del mosquito transmisor, incluyendo fumigaciones intensivas y eliminación de criaderos en zonas urbanas.
Hasta el momento, además de Foshan, se han confirmado casos en al menos otras dos ciudades de la provincia de Guangdong, lo que ha llevado a reforzar la vigilancia epidemiológica en toda la región.