El aeropuerto Adolfo Suárez Madrid-Barajas vive este miércoles una jornada caótica debido a un colapso en el control de pasaportes en la Terminal 4, provocando largas filas, retrasos y tensión entre los pasajeros.
Según testigos, el cuello de botella se originó por la lentitud en los filtros migratorios a cargo de la Policía Nacional, coincidiendo con la alta afluencia de viajeros por el inicio de la temporada alta.
La situación se agravó en la conexión subterránea entre la T4 y su satélite (T4S), donde la frecuencia del tren fue reducida para evitar que más personas saturaran el área de control.
La Guardia Civil tuvo que intervenir en algunos momentos para calmar los altercados entre pasajeros que temían perder sus vuelos.