Agencia EFE-La Universidad de Columbia aceptó una serie de requisitos del Gobierno del presidente de EE.UU., Donald Trump, para mantener sus 400 millones de dólares de financiación federal, que le fueron retirados a principios de mes por presunto antisemitismo.
El centro educativo informó en una carta de que se prohibirá el uso de mascarillas quirúrgicas en el campus y de que se obligará a los alumnos que participan en protestas en el recinto a mostrar su carné universitario a las autoridades.
En este sentido, anunció que la universidad ha contratado a 36 agentes especiales de seguridad que tendrán la capacidad de expulsar a estudiantes o detenerlos «cuando sea conveniente».
La amenaza de Trump a la Universidad de Columbia
«Mientras entrenamos a nuestra fuerza de seguridad interna, continuaremos confiando en el Departamento de Policía de Nueva York para ofrecer seguridad adicional y asistencia cuando sea necesario», agregó.

Posteriormente, la Administración de Trump envió una carta a Katrina Armstrong, presidenta interina de la universidad, en la que establecía varias condiciones para negociar la continuidad de la relación financiera entre la institución y el Gobierno.
«Hemos trabajado muy duro para abordar las preocupaciones legítimas que han surgido dentro y fuera de la universidad, con respecto a la discriminación, el acoso y los actos antisemitas que nuestra comunidad judía ha enfrentado desde el 7 de octubre de 2023», indicó la institución.
Las medidas para recuperar la financiación
Entre las medidas que Columbia tomará para recuperar su financiación también está la contratación de un vicerrector que revisará programas educativos relacionados con Oriente Medio -entre ellos el Centro para los Estudios Palestinos y el Instituto por Israel y los Estudios Judíos- y con otras regiones como África o Asia.
La institución fue el año pasado el principal escenario en la ciudad de unas masivas protestas propalestinas que se extendieron a otras universidades estadounidenses, y que luego derivaron en la expulsión de algunos alumnos.

El centro educativo ha estado en el foco en las últimas semanas tras el arresto de Mahmoud Khalil, uno de los líderes de estas manifestaciones, que permanece detenido en un centro de inmigrantes de Luisiana y al que el Gobierno pretende deportar por presuntos vínculos con Hamás que aún no ha demostrado.