Cada 8 de agosto, el mundo celebra el Día Internacional del Gato, una fecha creada por el Fondo Internacional para el Bienestar Animal (IFAW) para rendir homenaje a uno de los animales más queridos y misteriosos del planeta. Estos felinos han acompañado al ser humano por miles de años, pero todavía guardan secretos que sorprenden incluso a sus dueños más fieles.
Desde la antigüedad, los mirringos han ocupado un lugar central en diversas civilizaciones, siendo el Antiguo Egipto uno de los ejemplos más icónicos. En esta cultura, los gatos eran considerados sagrados y protegidos por la diosa Bastet, deidad asociada con el hogar, la fertilidad y la protección.
Se creía que estos felinos tenían la capacidad de ahuyentar espíritus malignos y proteger a las personas de influencias negativas. Además, eran vistos como un símbolo de buena fortuna y prosperidad.
En otras culturas, los gatos también estaban vinculados con lo espiritual. En Japón, por ejemplo, el Maneki-neko, o gato de la suerte, es un talismán que se cree trae buena fortuna y protección. En la Europa medieval, sin embargo, los gatos, especialmente los negros, fueron injustamente asociados con la brujería y lo oscuro, lo que distorsionó su imagen protectora
A nivel energético, se ha popularizado la idea de que los gatos absorben o disipan las malas vibras que puedan existir en un hogar. Aunque esto es puramente una creencia sin base científica, sigue siendo un tema recurrente en foros y comunidades espirituales en línea
