SANTO DOMINGO.- En un mundo donde las palabras son la moneda de cambio, donde la verdad se entrelaza con la percepción y donde la información es tanto poder como responsabilidad, el Día Nacional del Periodista se erige como un faro que ilumina el camino de aquellos que se dedican a narrar la realidad.
Es una fecha para celebrar la valentía de aquellos que se enfrentan a la incertidumbre, a la presión y a veces incluso al peligro, con la única arma de su pluma y su voz. Son los guardianes de la democracia, los narradores de nuestra historia contemporánea, los arquitectos de la opinión pública.
En este día, honramos el compromiso de quienes dedican sus vidas a buscar la verdad en un mundo de sombras y medias verdades. Son los ojos y oídos de la sociedad, los que dan voz a los que no pueden hablar, los que desafían el statu quo y desentrañan los secretos que acechan en las sombras del poder.
Pero también es un día para reflexionar sobre los desafíos que enfrenta la profesión periodística en la era digital. En un mar de información, donde las noticias falsas y la desinformación pueden propagarse como un virus, el periodismo ético y de calidad se convierte en un baluarte más necesario que nunca.
Es un día para recordar que el periodismo no es solo una profesión, sino una vocación; un llamado a servir a la sociedad, a informar, educar y empoderar a las personas. En este Día Nacional del Periodista, elevemos nuestras voces en agradecimiento a aquellos que nos mantienen informados, que nos desafían a pensar y que nos recuerdan la importancia de la libertad de prensa en una sociedad democrática.