El Senado de Estados Unidos aprobó el miércoles la nominación de Tulsi Gabbard como directora de inteligencia nacional, con una votación de 52 a 48, reflejando la división política entre republicanos y demócratas. Los republicanos apoyaron en su mayoría su nombramiento, mientras que los demócratas expresaron fuertes oposiciones.
Gabbard, veterana militar y excongresista demócrata de Hawái, fue una elección atípica para dirigir las 18 agencias de inteligencia del país. Su apoyo a Rusia, su encuentro con el presidente sirio Bashar Assad y su defensa del filtrador Edward Snowden fueron algunos de los puntos más controvertidos durante el proceso de nominación.
A pesar de sus posturas polémicas, varios republicanos que inicialmente dudaban de su experiencia y juicio, finalmente apoyaron su candidatura, destacando su promesa de reorientar las misiones de inteligencia federales.
Cambios en la administración Trump y el papel de la Oficina del Director de Inteligencia Nacional
La Oficina del Director de Inteligencia Nacional (ODNI) resultó creada tras los atentados del 11 de septiembre con el objetivo de mejorar la coordinación entre las agencias de inteligencia. Sin embargo, los republicanos han criticado su expansión y politización, y el presidente Trump ha mostrado desconfianza hacia los servicios de inteligencia. A pesar de esto, Gabbard se comprometió a reducir el alcance de la agencia y a mejorar la coordinación entre las diversas ramas de inteligencia.
Votación dividida y apoyo republicano
La nominación de Gabbard fue aprobada después de un debate acalorado. Algunos senadores republicanos expresaron preocupaciones sobre su postura en torno a Siria, Rusia y Snowden, pero finalmente se mostraron convencidos por su enfoque de limitar el poder de la agencia. La senadora Lisa Murkowski destacó el valor del pensamiento independiente que Gabbard podría aportar al cargo. Por otro lado, el exlíder republicano Mitch McConnell advirtió sobre los “riesgos innecesarios” de designar a Gabbard en un puesto tan crucial.
Los demócratas se mostraron reticentes ante la nominación de Gabbard, cuestionando su falta de experiencia en agencias de inteligencia y su capacidad para mantener relaciones de confianza con los aliados internacionales de EE. UU. El líder demócrata del Senado, Chuck Schumer, señaló que no era prudente confiar en una persona con un historial de apoyo a la propaganda rusa para manejar los secretos clasificados más importantes del país.
Controversias pasadas y las respuestas de Gabbard
A lo largo de su carrera, Gabbard resultó objeto de críticas por su apoyo a Edward Snowden, quien reveló información clasificada sobre los programas de vigilancia del gobierno de EE. UU. Aunque reconoció que Snowden violó la ley, Gabbard defendió la relevancia de los hechos que él expuso.
Además, su visita a Siria en 2017, en medio de la guerra civil, generó controversia, especialmente su encuentro con el presidente Assad. Gabbard defendió su visita, argumentando que aprovechó la oportunidad para presionar a Assad sobre los derechos humanos, a pesar de la crítica internacional sobre sus relaciones con líderes autoritarios.
Con esta nominación, Gabbard asume un cargo clave en un contexto de cambios significativos en la administración de Donald Trump, mientras el país enfrenta tensiones internas y externas respecto a la seguridad y el papel de la inteligencia en la política global.