Los gobiernos de Estados Unidos y China se preparan para una ronda de negociaciones en Suiza en medio de una guerra arancelaria entre ambas naciones que amenaza con una subida de precios y la desaparición de pequeños negocios en suelo estadounidense.
Se prevé que las negociaciones inicien este sábado en Ginebra, Suiza, entre altos funcionarios estadounidenses y una delegación china de alto nivel.
Estas son las primeras conversaciones importantes entre las naciones desde que Trump desencadenó una guerra comercial con duros aranceles a las importaciones. El mandatario estadounidense inició en febrero con aranceles universales a las importaciones chinas que comenzaron en 10% y han escalado hasta 145%.
China, en respuesta, ha aplicado aranceles en retaliación de 125% a los bienes estadounidenses. Según tres funcionarios familiarizados con el pensamiento de Beijing citados por la agencia Reuters, China llega a las negociaciones alarmada por el impacto de los aranceles en su propia economía y entre temores del riesgo de aislamiento a medida que sus socios han comenzado a negociar acuerdos con Washington.
Pero, en medio de las advertencias sobre los impactos negativos que ya está teniendo su guerra arancelaria en algunos sectores, Trump dijo el viernes que podría proponer una reducción de los aranceles a 80%.
Incluso con esa reducción los aranceles aún son elevados y podrían seguir causando estragos a pequeños y medianos negocios que dependen de los productos chinos importados a bajo costo.
“¡Un arancel del 80% a China me parece correcto! ¡A Scott B!”, escribió Trump en sus redes sociales el viernes por la mañana, refiriéndose a Scott Bessent, su secretario del Tesoro, quien encabezará la delegación estadounidense que negociará con la contraparte china.
En una entrevista en el canal CNBC este viernes, el secretario de Comercio, Howard Lutnick, también apuntó a que Bessent buscará "desescalar" el conflicto arancelario con China.
"Desescalar, educir esas tasas a su nivel posible, a su nivel adecuado, creo que es el objetivo de Scott Bessent”, declaró Lutnick. “Y eso es lo que el presidente espera como buen resultado: un mundo de desescalada donde volvamos a conectarnos y trabajemos juntos en un gran acuerdo”.
Pero el Ministerio de Comercio de China dijo en un comunicado esta semana que China "no sacrificará sus principios para llegar a un acuerdo con Estados Unidos". La agencia china insistió en que el gobierno de Trump debe “rectificar sus errores”.
Trump insiste en su deseo de reducir el déficit comercial de EEUU con China
En sus publicaciones en Truth Social, Trump insistió en su deseo de reducir el déficit comercial de Estados Unidos con China, uno de los argumentos en los que ha basado su guerra arancelaria no sólo con el país asiático, sino con la mayoría de los socios comerciales.
Según cifras oficiales, el déficit comercial de Estados Unidos con China, calculado al comparar la cantidad de bienes que un país le compra a otro frente a los que le vende, fue de unos 300,000 millones de dólares.
Sin embargo, expertos sostienen que el déficit en general beneficia a los negocios en Estados Unidos que buscan aumentar sus ganancias al vender más productos por un menor precio.
El presidente instó a China a abrir sus mercados a EE. UU., escribiendo: “¡¡¡SERÍA MUY BUENO PARA ELLOS!!! ¡¡¡LOS MERCADOS CERRADOS YA NO FUNCIONAN!!!”
Bessent y el Representante Comercial de EEUU, Jamieson Greer, se reunirán en Ginebra con el viceprimer ministro chino, He Lifeng, en las conversaciones de mayor envergadura entre ambos países en meses, según anuncios de esta semana de la administración Trump y el Ministerio de Comercio chino.
Esto se produce en medio de la creciente preocupación del mercado estadounidense por el impacto de los aranceles en los precios y el suministro de bienes de consumo.
Ningún país se ha visto tan afectado por la guerra comercial de Trump como China, el mayor exportador y la segunda economía más grande del mundo.
El toma y daca arancelario entre Estados Unidos y China tras medidas de Trump
Cuando Trump anunció sus aranceles con motivo del "Día de la Liberación" el 2 de abril, China respondió con sus propios aranceles, una medida que Trump consideró una falta de respeto.
Los aranceles sobre los productos de ambos países han ido en aumento desde entonces, con los aranceles estadounidenses contra China ahora en el 145% y los aranceles chinos sobre Estados Unidos en el 125%.
El arancel estadounidense incluye una tasa del 20% vinculada a la afirmación de Trump de que Beijing no ha logrado detener el flujo de productos químicos utilizados para fabricar fentanilo, y es poco probable que esta parte del arancel se mencione en las conversaciones de este fin de semana.
Si bien un nivel arancelario del 80% sobre los productos chinos representaría una reducción significativa respecto del 145% actual, seguiría siendo un arancel de importación extremadamente alto que podría crear problemas en la cadena de suministro y hacer subir los precios.
E incluso con la reducción, la tasa arancelaria seguiría siendo más alta que la tasa combinada del 74% sobre China que Trump anunció en su evento del “Día de la Liberación” del 2 de abril.
Para China, los expertos dicen que Beijing insistirá en que cualquier acuerdo del lado estadounidense debe ser creíble y posible de aplicar.
Trump había dicho previamente que no reduciría los aranceles contra China para mantener conversaciones sustanciales. Sin embargo, mostró indicios de moderación durante una aparición en la Oficina Oval el jueves, cuando afirmó que "podría" reducir la tasa del 145% aplicada a los productos chinos si las conversaciones del fin de semana resultan satisfactorias.
"Ya veremos", dijo Trump. "Ahora mismo, no se puede subir más. Está en 145, así que sabemos que va a bajar".
El equipo del presidente ha reconocido que el arancel del 145% no era sostenible, ya que los impuestos a esa tasa eran en realidad un embargo a cualquier comercio entre los dos países.
Pero aún no está claro cómo Trump puede conciliar las contradicciones en sus objetivos declarados.
Quiere grandes cantidades de ingresos arancelarios para compensar sus recortes de impuestos sobre la renta, pero también quiere acuerdos para ampliar el acceso al mercado de productos estadounidenses que probablemente requerirían aranceles más bajos.
Sus asesores han dicho que quiere aislar a China, pero sus aranceles a otros socios comerciales dificultan la creación de una alianza comercial duradera.
La publicación de Trump en redes sociales fue otra señal de que el presidente, en esencia, ha estado negociando públicamente consigo mismo sobre los aranceles.
Ha iniciado, pausado, ajustado y luego amenazado con más impuestos a las importaciones, cambiando constantemente de postura mientras equilibra sus promesas de abordar la inflación con sus afirmaciones de que los aranceles pueden inclinar la economía global a favor de Estados Unidos.