MADRID.- El mal tiempo, con lluvia, viento y frío, desluce este viernes la celebración de la Semana Santa en distintas partes de España, aunque en otras no impide cumplir con tradiciones seculares.
Algunas procesiones tuvieron que suspenderse y otros actos del Viernes Santo se limitaron al interior de las iglesias al no poder realizarse a la calle como es habitual, para pesar de los cofrades que durante todo un año se preparan para este día.
En Cuenca, la lluvia obligó a suspender la procesión de esta jornada, la quinta en lo que va de la Semana Santa de este año.
Ya la pasada noche en esta misma ciudad la procesión popularmente conocida como Las Turbas, que suele congregar a miles de personas, tampoco pudo recorrer las calles.
Valladolid, cuya semana de Pasión está declarada de Interés Turístico Internacional, por tercera vez en medio siglo amaneció sin su tradicional pregón a caballo, porque la lluvia impidió que se escuchara en sus calles el repique de cornetín y la lectura del soneto que desde 1944 convoca al sermón del mediodía en la Plaza Mayor, trasladado esta vez al interior de la catedral.
La Semana Santa de Ávila, igualmente de Interés Turístico Internacional, vivió su Vía Crucis más fugaz, en el interior de la catedral, sin el tradicional recorrido en torno a la muralla de la ciudad.
En Sevilla, donde la celebración reúne a miles de devotos y turistas, hacía trece años que la lluvia no impedía que saliesen a la calle las hermandades de la Madrugá, como se conoce a la noche en la que seis cofradías salen en procesión.
La lluvia también llevó al interior de la iglesia de San Vicente de la Sonsierra, en la región de La Rioja, a los cinco ‘picaos’ que se flagelan la espalda para cumplir con un rito con casi cinco siglos de historia.
En cambio, Calanda, en la provincia de Teruel, puedo celebrar el Romper la Hora, el estruendo de miles de tambores y bombos que rompen el silencio al mediodía.