El huracán Erin obligó este martes a ordenar evacuaciones en las islas barrera de Carolina del Norte, donde las autoridades advirtieron sobre peligrosas corrientes de resaca, inundaciones costeras y olas de hasta 4,6 metros (15 pies) en plena temporada turística.
En la isla Hatteras, la situación sorprendió a Holly Andrzejewski y su familia, propietarios desde hace menos de una semana del Atlantic Inn, el hostal más antiguo del lugar. Antes de recibir a sus primeros huéspedes, se vieron obligados a reprogramar reservas y preparar el edificio ante la amenaza de la tormenta.
“Es una de esas cosas que sabes que siempre existe la posibilidad de que ocurra, y simplemente lo aprovechas al máximo. De lo contrario, no vivirías en la playa”, comentó Andrzejewski, quien aseguró que su familia cuenta con generadores, agua y linternas para resistir.
Aunque los meteorólogos prevén que Erin permanezca en alta mar, los efectos ya se sienten en la costa. En Wrightsville Beach, cerca de Wilmington, equipos de rescate auxiliaron a al menos 60 nadadores atrapados por corrientes de resaca el lunes, según reportó el Servicio Meteorológico Nacional.
En Ocracoke y Hatteras, las evacuaciones recuerdan el devastador paso del huracán Dorian en 2019, que causó los peores daños en la historia reciente de Ocracoke. “Espero que no sea tan destructivo, pero nunca se sabe. Sentí lo mismo por Dorian y nos dieron una paliza”, advirtió Tommy Hutcherson, dueño del único supermercado de la isla.