El incendio que se declaró el martes por la tarde en el macizo de Corbières, a una treintena de kilómetros de la ciudad francesa de Narbona, y que después de avanzar muy rápido ha arrasado ya 14.000 hectáreas, es uno de los mayores de la historia del país.
El subprefecto de Narbona, Rémi Recio, en una entrevista a primera hora de la tarde al canal BFMTV, ha hecho hincapié en la nueva evaluación de 14.000 hectáreas recorridas por las llamas y por los 90 kilómetros de perímetro en los que tienen que trabajar los bomberos.
El siniestro causó la muerte la pasada noche de una mujer de una sesentona de años que no quiso evacuar su casa en Saint Laurent de la Cabrerisse y hay otra persona desaparecida en esa misma localidad, donde sufrieron heridas otras dos más, una de ellas de extrema gravedad.
Otros siete bomberos resultaron heridos leves por la noche, y a eso hay que añadir el accidente de un camión de bomberos que ha volcado esta mañana, con un efectivo herido de gravedad y tres levemente, según Recio.
El subprefecto ha explicado que el dispositivo desplegado para tratar de controlar el incendio está formado por 1.800 bomberos con 600 vehículos, apoyados desde el aire por seis hidroaviones de tipo Canadair, cuatro bombarderos de agua Dash y tres helicópteros.
En paralelo, en el departamento de Aude se han desplegado 200 gendarmes, en parte llegados del exterior, entre otras cosas para gestionar el flujo de vehículos que se han complicado con el corte de la autopista A9, que va hasta la frontera española de La Jonquera, a la altura de Rivesaltes, a pocos kilómetros al norte de Perpiñán.
Ese corte de la que es la principal vía de comunicación con España ha generado kilómetros de retenciones en las carreteras de los alrededores, por las que los conductores buscan alternativas para continuar su viaje.