Este pasado viernes falleció Orangeli Peña, una joven venezolana que permanecía en estado crítico luego del colapso del techo en la discoteca Jet Set.
Su muerte ha generado una profunda conmoción entre la comunidad venezolana en República Dominicana, marcada por el dolor adicional de saber que su madre, quien viajaba con urgencia desde Venezuela con una visa humanitaria, no alcanzó a verla con vida.
Orangeli había sido internada en el Hospital General Docente de la Policía Nacional con lesiones graves en una pierna, por las que fue intervenida con un set fijador externo.
Sin embargo, su condición empeoró rápidamente debido a una falla renal aguda, lo que obligó su ingreso a la Unidad de Cuidados Intensivos, donde fue intubada el día anterior a su fallecimiento.
La madre de Orangeli emprendió el viaje en medio de la desesperación, luego de que, gracias a gestiones de la comunidad venezolana y el respaldo de la cancillería dominicana, se le otorgara una visa humanitaria de forma expedita.
También se gestionó el pasaje aéreo, con la esperanza de que pudiera acompañar a su hija en sus últimos momentos. Lamentablemente, el destino no le permitió ese último abrazo.
Con el fallecimiento de Orangeli Peña, la cifra de ciudadanos venezolanos que han perdido la vida como consecuencia del colapso en la discoteca asciende a 14, según datos confirmados hasta la tarde de este viernes.
La tragedia ha dejado una herida profunda en el corazón de la diáspora venezolana, que hoy llora no solo la pérdida de vidas, sino también el drama humano de familias separadas por fronteras y emergencias que no esperan.
