Washington, D.C. – Los documentos recientemente desclasificados sobre el asesinato del presidente John F. Kennedy, liberados por orden del expresidente Donald Trump, han sacado a la luz sorprendentes detalles sobre la vigilancia ejercida por la CIA en la República Dominicana, específicamente sobre el expresidente dominicano Juan Bosch.
Según los archivos, Bosch fue objeto de un intenso seguimiento por parte de la agencia de inteligencia estadounidense antes, durante y después de su mandato presidencial, debido a sus presuntas conexiones con ideologías comunistas y su papel como líder influyente en el Caribe.
Uno de los documentos más reveladores, identificado con el número 104-10048-10124, describe a Bosch como una “fuente” de información de un agente encubierto de la CIA, conocido bajo el nombre clave “AMCARBON-1”, dentro de la operación secreta denominada “JMWAVE”, llevada a cabo durante la Guerra Fría.
Los registros indican que en marzo de 1951, la CIA instaló equipos de vigilancia en la residencia de Bosch, interviniendo sus comunicaciones telefónicas y monitoreando constantemente sus movimientos. Incluso durante su exilio en Costa Rica, Bosch continuó siendo vigilado por un agente identificado con el nombre clave “HUMANOID”.
Además, los documentos hacen referencia a la estrecha relación entre Bosch y el expresidente costarricense José Figueres, quien también fue espiado por la CIA. Uno de los informes señala que Figueres descubrió las acciones de espionaje a través de información proporcionada por su propio hijo.
Otro archivo clave, registrado como 198-10007-10022, revela que en 1963, el gobierno estadounidense presionó activamente a varios países latinoamericanos para contener la influencia de Cuba, señalando que en la República Dominicana los intentos por lograr que Bosch adoptara una postura más firme contra el comunismo y limitara los viajes a Cuba resultaron fallidos.
El mismo informe detalla que Bosch se mostró reticente a impulsar la creación de un servicio de seguridad interna, pese a la insistencia de Washington para que aprobara el presupuesto destinado a ese fin.
Estos documentos confirman el papel crucial que jugó la CIA en la vigilancia e intervención de la política dominicana, evidenciando el ambiente de tensión y control característico de la Guerra Fría, así como el temor de Estados Unidos a la expansión comunista en América Latina.