El régimen cubano arrestó este martes al líder opositor de la Unión Patriótica de Cuba (UNPACU), José Daniel Ferrer, tras revocar su libertad condicional concedida en enero pasado.
La detención se produjo durante un operativo en la sede de UNPACU en el barrio Altamira de Santiago de Cuba, donde también fueron aprehendidos su esposa, Nelva Ismarays Ortega, su hijo menor, Daniel José Ferrer, y varios activistas, según denunció su hermana, Ana Belkis Ferrer, en redes sociales.
El Tribunal Supremo Popular justificó la revocación alegando que Ferrer incumplió las condiciones de su excarcelación al no presentarse a dos citaciones judiciales obligatorias y declarar públicamente su negativa a comparecer ante las autoridades. Ferrer había sido liberado como parte de un acuerdo entre Cuba y Estados Unidos, mediado por el Vaticano, que contemplaba la excarcelación de 553 presos a cambio de la exclusión de Cuba de la lista de países patrocinadores del terrorismo.
Simultáneamente, fue detenido el veterano opositor Félix Navarro, de 72 años, por supuestamente abandonar su municipio de residencia sin autorización judicial. Navarro había sido excarcelado bajo condiciones similares a las de Ferrer en el marco del mismo acuerdo internacional.
Organizaciones como Amnistía Internacional y Prisoners Defenders han condenado estas detenciones, calificándolas de represivas y arbitrarias. Según Prisoners Defenders, en las últimas semanas se han registrado más de 350 detenciones relacionadas con la labor humanitaria de UNPACU, que proporcionaba alimentos y atención médica a personas vulnerables en Santiago de Cuba.
Ferrer, de 54 años, es una de las figuras más prominentes de la disidencia cubana y ha sido encarcelado en múltiples ocasiones por su activismo político. Tras su liberación en enero, reanudó su labor social desde su residencia, que también funciona como sede de UNPACU. Sin embargo, denunció un constante hostigamiento por parte de las autoridades, que dificultaba la continuidad de su trabajo humanitario.
Las detenciones de Ferrer y Navarro han generado preocupación en la comunidad internacional, que observa con atención el deterioro de las libertades civiles y los derechos humanos en Cuba. Diversas organizaciones han exigido su liberación inmediata y el cese de la represión contra activistas y opositores políticos en la isla.