Familiares de ciudadanos argentinos supuestamente detenidos en Chile han recurrido a los medios de comunicación en busca de respuestas ante el misterio que rodea su paradero. Los hechos, que ocurrieron entre la noche del 2 y 3 de agosto en la comuna de Chillán, se han convertido en el centro de una historia plagada de incertidumbres y teorías controvertidas.
La desaparición comenzó con un operativo de Carabineros de Ñuble, que inicialmente informó sobre la detención de un grupo de extranjeros sospechosos de planear un atentado terrorista. Según una publicación en la red social X, que fue eliminada poco después, los detenidos portaban una bomba casera, un dron y mapas con un objetivo de “importancia nacional” marcado. Sin embargo, cuatro meses después, la información sigue siendo confusa, y los familiares denuncian que ni las autoridades chilenas ni argentinas han brindado respuestas claras.
Silencio diplomático
En un intento por esclarecer la situación, nuestro corresponsal contactó a la embajada argentina en Santiago. No obstante, los diplomáticos declararon no tener conocimiento sobre ciudadanos detenidos en el operativo en Ñuble. Desde la embajada señalaron que la tensión en la frontera ha aumentado recientemente, debido al incremento de argentinos que cruzan a Chile para aprovechar precios más bajos, lo que a veces resulta en incidentes relacionados con el contrabando. Sin embargo, negaron cualquier vínculo directo entre estos eventos y las desapariciones reportadas.
Teorías en juego
Una de las versiones más inquietantes señala que el objetivo del grupo era el gasoducto Gas Andes, que conecta a ambos países. Según esta hipótesis, el supuesto sabotaje estaría relacionado con decisiones políticas del presidente argentino Javier Milei, quien habría buscado justificar una ruptura de acuerdos energéticos con Chile. Esta versión sugiere que los detenidos podrían estar retenidos en Chile o incluso haber sido devueltos a Argentina, donde su destino estaría en manos de las autoridades vinculadas al fallido atentado.
Más preguntas que respuestas
Por ahora, la narrativa está formada por fragmentos: declaraciones de familiares, un informe borrado de Carabineros y especulaciones sobre un motivo político detrás del posible atentado. Mientras tanto, el silencio oficial de ambos gobiernos alimenta la sospecha de un conflicto más profundo que involucra intereses económicos y políticos de alta envergadura.