Cachicha.com - Nuestra Común Residencia Virtual
Diario Tú Mañana | Información antes que nadie
Infofamoso - ¡Últimas noticias, rumores y chismes de celebridades!

La era del anti-político; el engaño del “no político”

La era del anti-político; el engaño del “no político”

Por: Welinton Grullón.- En la administración del Estado, quienes gestionan los recursos y diseñan políticas públicas son conocidos como "políticos". Pero en tiempos recientes, el término ha adquirido una connotación negativa, asociada con corrupción y malas prácticas.

En respuesta, ha surgido una figura que rechaza esta etiqueta, el "anti-político", alguien que dice no ser político mientras busca ocupar espacios de poder. Sin embargo, esta figura no es más que un político disfrazado, cuya estrategia es manipular el desencanto popular para su beneficio.

El anti-político en Brasil

El caso de Jair Bolsonaro en Brasil ilustra claramente este fenómeno. Durante su campaña presidencial, Bolsonaro se presentó como un "outsider", un hombre del pueblo ajeno a la corrupción y los vicios de la política tradicional. Criticó duramente a los partidos establecidos y a las instituciones democráticas, posicionándose como la solución a todos los problemas que estos habían generado.

Sin embargo, al asumir la presidencia, su gobierno mostró claras señales de ser profundamente político, con decisiones orientadas a fortalecer sectores de poder que le aseguraran apoyo, como las fuerzas armadas y grupos económicos conservadores. Su discurso de "anti-político" le permitió llegar al poder, pero sus acciones lo confirmaron como un político que sabía usar el sistema para sus propios fines. Más allá de sus promesas de limpieza y renovación, su administración estuvo marcada por un manejo controvertido de la pandemia, conflictos con el poder judicial y la perpetuación de dinámicas políticas tradicionales.

Bolsonaro es un ejemplo de cómo el anti-político puede ser aún más dañino que los políticos tradicionales. Al ocultarse tras una narrativa de honestidad y rechazo al sistema, desmoviliza la crítica ciudadana y debilita los procesos democráticos, ya que su figura se presenta como incuestionable.

El engaño del anti-político

El "anti-político" es una construcción peligrosa. Aunque se presenta como un salvador, con frecuencia carece de preparación, compromiso institucional o respeto por las normas democráticas. Su estrategia se basa en desacreditar a la política como tal, pero esta postura trae consecuencias preocupantes:

  1. Rechazo a las Instituciones: Al promover la desconfianza hacia los políticos tradicionales, fomenta un ambiente donde las instituciones pierden legitimidad, abriendo la puerta a gobiernos autoritarios.
  2. Falsa Neutralidad: Aunque se dice ajeno al sistema, el anti-político utiliza las mismas herramientas políticas para acceder al poder, pero sin rendir cuentas ni asumir responsabilidades.
  3. Resultados Dañinos: La falta de preparación o compromiso con un proyecto sólido puede generar crisis en la administración pública, con decisiones improvisadas y poco efectivas.

El disfraz del “no político”

En esencia, el anti-político no es más que un político que ha adoptado un discurso oportunista. Este disfraz le permite evadir el escrutinio público, ya que se presenta como alguien distinto, cuando en realidad utiliza tácticas más despiadadas que los políticos tradicionales. La sociedad, cansada de la corrupción y los escándalos, confía en estos actores sin reconocer el riesgo que representan.

El problema no es la política, sino las malas prácticas. Es crucial proteger y fortalecer las instituciones democráticas, mientras exigimos mayor transparencia y rendición de cuentas. Los políticos que dan la cara y se someten a la crítica son necesarios, pero debemos ser cuidadosos con aquellos que, bajo el manto del "anti-político", prometen ser la solución mientras representan un retroceso en gobernanza y democracia.

La era del anti-político no es más que un espejismo. Detrás del discurso de honestidad y renovación, estos actores esconden intenciones y prácticas que, lejos de solucionar los problemas de la política, los perpetúan de formas más peligrosas. Como ciudadanos, debemos reconocer estas dinámicas y no dejarnos engañar por quienes, disfrazados de "no políticos", se convierten en políticos sin compromiso con la sociedad.

© 2024 Cachicha News
To top