Luisa González, la carta del correísmo en Ecuador, se pronunció la noche de este domingo tras la difusión de los resultados oficiales y desconoció la victoria del presidente Daniel Noboa.
Y agregó: “Denuncio ante mi pueblo, ante los medios, y ante el mundo, que Ecuador está viviendo una dictadura, y estamos enfrentando el más grotesco fraude electoral de la república de Ecuador”.
El presidente de Ecuador y aspirante a la reelección lidera el balotaje con el 55,95% de los votos válidos, frente al 44,05% de la correísta, con el 87,41% de las actas escrutadas, según el Consejo Nacional Electoral (CNE).
Más temprano, la candidata del correísmo, pidió a las Fuerzas Armadas y a la Policía que no intervengan “a favor o en contra” en las urnas y que “se garantice la democracia correctamente”, al votar en la segunda vuelta de las elecciones presidenciales que se celebra este domingo, y en la que se enfrenta al actual presidente.
“Hago un llamado a la fuerza pública, a la Policía Nacional y a las Fuerzas Armadas, a no intervenir a favor o en contra, sino que se garantice la democracia correctamente. A no intervenir en el conteo de votos en las urnas, sino a estar garantizando la seguridad del pueblo ecuatoriano, que ya no da más”, dijo González en declaraciones a la prensa tras depositar su voto.
La candidata de la Revolución Ciudadana, partido liderado por el expresidente Rafael Correa (2007-2017), aseguró que este domingo van a cambiar “la historia de Ecuador en unidad”.
“Izquierda, derecha y centro nos hemos unido en un hecho histórico, sin precedentes en la patria. Nos hemos unido para recuperar la democracia y la justicia social. Todos: partidos, empresarios y sociedad civil organizada. Ecuador reescribe la historia hacia un futuro de dignidad”, dijo la candidata.
González aseguró que en la víspera de la votación recibió “reportes” donde se intentaron “sembrar” actas marcadas para ella y lo denunció en sus redes sociales, pero no hizo más referencia a posibles irregularidades en la votación.
La esperanza de la izquierda ecuatoriana de regresar al poder estaba puesta en Luisa González, una abogada que ha lidiado con la herencia política del controvertido líder de su movimiento, el ex presidente Rafael Correa, pero además con los traspiés de sus propios compañeros de organización.
González, de 47 años, llegó por segunda vez al balotaje con Noboa, tras una primera vuelta electoral donde cosechó el 44% de los votos frente al 44,17% de su rival. En 2023, perdió los comicios ante el actual mandatario.
Alrededor de la candidata se gestó un acuerdo por la unidad, aunque condicionado, en el que confluyeron un movimiento indígena fraccionado, organizaciones sociales y otros sectores que aseguran que no le han dado “un cheque en blanco”, pero que la ven como el único camino para frenar a la derecha y al neoliberalismo.
Su recorrido político
Cuando apareció en la escena política poco se conocía de su trayectoria. Fue asambleísta aunque en un período incompleto luego de que el ex presidente Guillermo Lasso (2021-2023) disolviera el Legislativo. Además, ocupó otros cargos en instituciones públicas.
En 2023, asumió la conducción del movimiento Revolución Ciudadana (RC), la primera fuerza electoral en el país que entre 2007 y 2017 obtuvo cinco triunfos en las urnas de la mano de Correa.
En sus intervenciones, González reitera su procedencia de una familia campesina dedicada a la agricultura en un pueblito costero de la provincia de Manabí, Canuto, unos 265 kilómetros al suroeste de Quito. Asegura que por su tenacidad y preparación, llegó a convertirse en una mujer de carácter fuerte, “con la falda y los pantalones bien puestos”. Es madre soltera y tiene dos hijos.
Estudió Derecho y obtuvo un posgrado en Economía Internacional y Desarrollo por la Universidad Complutense de Madrid.
Sus propuestas de campaña
• “Recuperar el Estado” y combatir “al neoliberalismo criminal” y a “la derecha rabiosa”.
• Educación gratuita, contratar profesores y declarar zonas seguras a las áreas educativas. Rescatar a los niños de las mafias y devolverlos a las aulas.
• Generar dos millones de plazas de trabajo, entregar incentivos a las empresas que contraten a jóvenes y dar crédito para emprendimientos.
• Salud gratuita, declarar en emergencia al sector, proveer de medicamentos a los hospitales, construir una clínica pública de rehabilitación de adicciones.
• Aplicar mano dura contra el crimen organizado y el narcotráfico. Tomar el control de aeropuertos, puertos, fronteras y combatir el enriquecimiento ilícito y lavado de activos.