El presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, aterrizó este jueves en Montevideo para asistir al funeral de su amigo y exmandatario uruguayo José «Pepe» Mujica, fallecido este martes a los 89 años.
Lula partió hacia la capital uruguaya apenas diez horas después de haber regresado a Brasilia tras una gira por Rusia y a China.
En Montevideo, el mandatario brasileño tiene previsto dirigirse directamente desde el aeropuerto al Palacio Legislativo, para dar un último adiós a su amigo y saludar a su viuda, la exvicepresidenta Lucía Topolansky,
Tras ser informado sobre la muerte de Mujica el pasado martes, Lula habló de su último encuentro, con motivo de su asistencia a la investidura del presidente Yamandú Orsi, en marzo pasado, y recordó que ese día supoque era la última vez que lo vería con vida.
«Él me dijo que ya se iba», señaló Lula, quien confeso que ‘Pepe’ se lo comentó «con la mayor serenidad, con la mayor tranquilidad, de la misma forma que gobernaba en Uruguay».
En una nota oficial, el líder progresista brasileño destacó el pasado día 13 la «grandeza humana» de Mujica, que «trascendió las fronteras de Uruguay y de su mandato presidencial».
«La sabiduría de sus palabras se convirtió en un verdadero canto de unidad y fraternidad para América Latina», subrayó.
También durante una visita a Montevideo en diciembre del año pasado, el presidente brasileño visitó a Mujica en la chacra (pequeña finca) en la que residía y lo condecoró con la Orden Nacional do Cruzeiro do Sul, la más alta distinción que Brasil otorga a ciudadanos extranjeros.
Entonces, en un emotivo encuentro, Lula se refirió a Mujica como «la persona más extraordinaria» entre los presidentes con quienes convivió.
La amistad entre ambos trascendió las afinandes políticas y se extendió durante años.
Además del mandatario brasileño, el presidente chileno, Gabriel Boric, también arribó este jueves a Montevideo para despedirse de Mujica, cuyo velatorio comenzó el miércoles y concentró a miles de uruguayos y decenas de delegaciones diplomáticas.