EFE.- El secretario de Estado de Estados Unidos, Marco Rubio, dijo este lunes en Panamá que la frontera de Estados Unidos «hasta cierto punto, no empieza en Texas y México», sino «mucho antes», tras ser testigo de un vuelo de deportación de migrantes pagado por EE.UU.
«Así que, hasta cierto punto, nuestra frontera no empieza en Texas y México, empieza mucho antes», dijo Rubio en el Aeropuerto Internacional de Albrook, a las afueras de Ciudad de Panamá y a orillas del Canal.
Y agregó que, lo mejor que puede hacer el Gobierno de Estados Unidos hacer «es crear todos los incentivos» para que las personas no lleven a cabo ese tipo de viaje.
Marco Rubio vigila un proceso de deportación
El secretario de Estado de EE.UU. estuvo presente en el proceso de deportación de 43 migrantes colombianos en un vuelo pagado por Estados Unidos como parte de un acuerdo con Panamá.
Según las autoridades panameñas, los migrantes -32 hombres y 7 mujeres- tienen delitos como trata de personas, agresión sexual, relacionados con drogas y, la mayoría de ellos, evasión de puestos de control fronterizos.
«Esto (el acuerdo) es evidencia de la gran alianza que existe entre EE.UU. y Panamá, un país amigo y hermano y con el cual tenemos muchos enlaces y cooperación. Lo que ha pasado en este hemisferio con la inmigración masiva es muy lamentable, una tragedia», añadió Rubio.
Así, sostuvo, que los migrantes «en muchos casos» son «víctimas» de una «vía irregular que ha creado problemas para muchos países en la región» y que tienen la intención de llegar a Estados Unidos.
«Hoy hemos visto parte de un programa de cooperación que ayuda no simplemente a limitar la migración ilegal, sino también a prevenir que personas con antecedentes criminales, el cual en este grupo había 6 o 7, puedan seguir adelante y crear problemas no simplemente en Panamá, sino también en otros países», dijo Rubio.
Eso, agregó, «sería imposible sin la cooperación de Estados Unidos con el Gobierno de Panamá», pues ambos han «trabajo muy duro, fuerte y juntos y seguiremos haciendo eso como parte de muchísimas cosas».
Una estrategia ante la migración por el Darién
El vuelo de hoy hace parte del memorándum de entendimiento entre EE.UU. y Panamá firmado el pasado 1 de julio, mismo día de la toma de posesión del presidente panameño, José Raúl Mulino, para reducir el flujo migratorio por el Darién, la selva fronteriza con Colombia usada a diario por migrantes que sueñan con llegar a Estados Unidos en busca de mejores condiciones de vida.
Desde que se puso en marcha ese acuerdo el pasado 20 de agosto, Estados Unidos ha financiado casi 2,7 millones de dólares en vuelos y pasajes para el retorno de migrantes a sus países de origen, según información del Gobierno estadounidense.
En concreto, se han realizado 42 vuelos chárter a más de 14 países, entre ellos Colombia, Ecuador, India y Vietnam, además del envío en vuelos comerciales para repatriar a nacionales de países como Rusia, Afganistán, Pakistán, Ghana y Turquía, con un total de 1.729 migrantes, según información oficial compartida por las autoridades estadounidenses.
Hasta el momento, por falta de un acuerdo bilateral no se han hecho vuelos de deportación a Venezuela, la principal nacionalidad de los migrantes que cruzan la selva.
El flujo de migrantes irregulares que entran por la peligrosa selva del Darién marcó una bajada «histórica» al registrar en el mes de enero 2.158 migrantes, en comparación con los 34.839 que lo hicieron en el mismo lapso del año 2024, según datos oficiales divulgados el fin de semana por el Servicio Nacional de Migración de Panamá.
Rubio llegó la noche del sábado a Panamá, en medio de las tensiones por las amenazas de Donald Trump por «recuperar» el Canal por la supuesta presencia China y en el marco de una gira que también le llevará a El Salvador, a donde parte este lunes, Costa Rica, Guatemala y República Dominicana.