Una mujer española demandó a la aerolínea Iberia tras la pérdida de su perro en el aeropuerto de Buenos Aires, Argentina, un caso que terminó ante un Tribunal de Justicia de la Unión Europea (TJUE). En su sentencia, precisó que los “pasajeros” son únicamente las personas, por lo que las mascotas no pueden considerarse pasajeros, sino que se incluyen dentro del concepto de equipaje.
Según los hechos, el perro se escapó mientras era trasladado al avión y no pudo ser recuperado, lo que llevó a la pasajera a reclamar una indemnización de 5.000 euros (unos 5.800 dólares) por los daños morales sufridos.
Iberia reconoció su responsabilidad y aceptó compensar a la afectada, pero argumentó que la indemnización debía limitarse al monto máximo previsto por pérdida de equipaje, conforme al Convenio de Montreal, que regula los derechos y responsabilidades en vuelos internacionales.
El tribunal español que conoció inicialmente el caso consultó al TJUE si el término “equipaje” contemplado en dicho convenio incluía a los animales domésticos que viajan con sus dueños.
En su sentencia, el TJUE precisó que los “pasajeros” son únicamente las personas, por lo que las mascotas no pueden considerarse pasajeros, sino que se incluyen dentro del concepto de equipaje. Por tanto, las indemnizaciones por pérdida de mascotas durante el transporte aéreo deben regirse por las mismas normas aplicables al equipaje.
El tribunal también destacó que la pasajera no presentó una declaración especial de valor —un trámite adicional que permite aumentar el límite de responsabilidad mediante el pago de una tarifa—, lo que restringe la compensación a los límites generales establecidos.
Finalmente, el TJUE subrayó que esta interpretación no vulnera las normas europeas de bienestar animal, siempre que las aerolíneas garanticen condiciones adecuadas de transporte y cuidado durante los vuelos.
