POR AGENCIA EFE.- Migrantes indocumentados que residen en Puerto Rico viven en constante temor y aislamiento, lo que estaría afectando su salud mental, presuntamente como consecuencia del endurecimiento de las políticas migratorias impulsadas por el presidente de Estados Unidos, Donald Trump.
De acuerdo con testimonios recogidos por EFE, el temor a redadas y deportaciones ha llevado a un aumento en la búsqueda de ayuda psicológica por parte de personas en situación migratoria irregular, particularmente en las comunidades dominicana y haitiana radicadas en San Juan. Incluso, se han reportado intentos de suicidio, según voceros comunitarios.
“Muchas personas, amigos, también familiares, incluso yo estoy afectado psicológicamente por el tema de la deportación”, expresó visiblemente angustiado Gerard Hernández, migrante dominicano de 41 años, desde la Plaza Antonio R. Barceló de Barrio Obrero, considerada epicentro de la comunidad inmigrante en la capital puertorriqueña.
Hernández, quien llegó desde la República Dominicana en 2018, afirmó estar “bien asustado” por la situación actual. Según explicó, dos familiares cercanos –un primo y un cuñado– fueron detenidos recientemente por el Servicio de Inmigración y Aduanas de Estados Unidos (ICE) y deportados a Santo Domingo.
Entre el 1 de enero y el 7 de junio de este año, ICE arrestó a 568 inmigrantes en Puerto Rico por presunta falta de estatus legal, de los cuales 421 eran dominicanos, según datos oficiales citados por medios locales.
Carteles con mensajes como “Ningún ser humano es ilegal” adornan las calles cercanas a la Plaza Barceló, donde el flujo de transeúntes y la actividad comercial han disminuido notablemente, presuntamente por el miedo de comerciantes indocumentados a ser detenidos.
Acusaciones de persecución racial y crisis emocional
El líder comunitario Leonard Prophil, portavoz de la comunidad haitiana en la isla, calificó la situación como una forma de “persecución racial”, una denuncia que también comparten organizaciones defensoras de derechos humanos, que aseguran que los arrestos se enfocan de forma desproporcionada en personas negras o de piel oscura.
“Lo que más daño está haciendo esta situación es la cuestión de la salud mental”, afirmó Prophil, quien indicó que cada vez más jóvenes buscan asistencia psicológica para lidiar con la ansiedad y el miedo. Reveló además que dos compatriotas fueron ingresados en una unidad psiquiátrica en San Juan.
También advirtió que los operativos del ICE en obras de construcción están provocando que muchos trabajadores eviten presentarse a sus empleos, afectando tanto a los migrantes como a los empresarios que dependen de su mano de obra.
El portavoz denunció que 43 personas —dominicanas y haitianas— fueron arrestadas el pasado 17 de junio cuando acudieron a una cita judicial en un tribunal de San Juan, lo que ha incrementado la desconfianza entre la comunidad inmigrante.
Polémica por supuesta entrega de datos migratorios
El temor entre los migrantes creció tras conocerse que el Departamento de Transportación y Obras Públicas (DTOP) de Puerto Rico habría entregado al ICE información de personas sin estatus legal que habían tramitado licencias de conducir. El Gobierno local justificó su actuación al señalar que, como Estado Libre Asociado de EE. UU., debe cumplir con las leyes federales.
Prophil calificó la entrega de estos datos como una “traición” a la comunidad migrante. Por su parte, Gerard Hernández opinó que la gobernadora Jenniffer González “se excedió”, ya que, según él, la entrega de información privada debería haber requerido una orden judicial.
Este escenario se desarrolla en una isla que ya enfrenta un alto índice de problemas de salud mental. Un informe reciente del Departamento de Salud de Puerto Rico indica que cinco de cada diez habitantes sufren trastornos como ansiedad o depresión, una tasa superior a la registrada en Estados Unidos continental.