En la era de los medios multiplataforma, surge una figura profesional que revoluciona la forma de comunicar: el Self-Journalist. Se trata de un perfil híbrido que fusiona las habilidades del periodista tradicional con las competencias de un creador de contenido integral.
A diferencia del reportero convencional, el Self-Journalist no solo investiga y redacta noticias, sino que también edita videos, produce contenido visual, gestiona redes sociales y se convierte, en muchos casos, en el rostro de su propia narrativa. Este profesional domina el ciclo completo de producción y distribución, adaptándose a las nuevas exigencias del ecosistema digital.
La incorporación de este rol en medios y agencias responde a la necesidad de generar contenido ágil, visual, personal y confiable, capaz de conectar con audiencias que consumen información en tiempo real y en múltiples formatos. Es una respuesta estratégica ante un entorno donde el impacto, la autenticidad y la inmediatez son clave.
Con esta evolución, el periodismo no desaparece: se transforma. Y en esa transformación, el Self-Journalist es su rostro más versátil.