Nicole Kidman, quien había viajado a Venecia para recibir el Premio a la Mejor Actriz por su papel en "Babygirl", se vio obligada a abandonar el festival tras recibir la devastadora noticia del fallecimiento de su madre, Janelle Ann, a los 83 años. Afectada profundamente, Kidman decidió regresar de inmediato a Australia para estar con su familia en este momento de luto.
En su ausencia, Halina Reijn, directora de "Babygirl", leyó un conmovedor comunicado en el que Kidman expresaba su dolor: "Hoy, al llegar a Venecia, me enteré del fallecimiento de mi querida y valiente madre. Estoy en shock y necesito regresar a casa, pero este premio es para ella. Ella fue mi guía y mi inspiración."
La relación entre Nicole y Janelle siempre fue especialmente estrecha. Janelle, que fue una enfermera dedicada, jugó un papel crucial en la vida y carrera de Kidman, apoyándola y guiándola en cada paso. Nicole frecuentemente mencionaba cómo su madre le brindó el impulso necesario para seguir adelante en Hollywood, ofreciendo sabios consejos como "concédele foco a tus objetivos, levántate y sigue adelante."
Kidman también compartió en redes sociales el orgullo que sentía por su madre, publicando fotos de Janelle cuando era joven y trabajando como enfermera en hospitales de Sydney. A pesar de contar con los mejores estilistas, Janelle a menudo tenía la última palabra en las elecciones de vestuario de su hija para las alfombras rojas, reflejando su profundo vínculo.
Nicole, junto con su esposo Keith Urban y sus hijas Sunday Rose y Faith Margaret, había viajado frecuentemente a Sídney para pasar tiempo con Janelle durante los últimos años. Esta pérdida llega una década después de la muerte de su padre, Anthony, quien falleció repentinamente en un restaurante de Singapur.
La emotiva dedicación del premio a su madre subraya el profundo amor y admiración que Nicole Kidman sentía por ella, y el impacto significativo que tuvo en su vida y carrera.