Por Efe. – Papúa Nueva Guinea enfrenta una emergencia sanitaria tras la confirmación de un brote de poliomielitis, el primero registrado en el país desde 2018. La Organización Mundial de la Salud (OMS) confirmó este viernes la reaparición del virus, considerado altamente contagioso y que afecta principalmente a niños menores de cinco años.
El brote fue detectado luego del diagnóstico de dos casos en menores y la identificación del virus en muestras ambientales de la capital, Port Moresby, y de aguas residuales en la ciudad de Lae. Esta situación ha provocado la activación de una respuesta nacional de emergencia con el objetivo de detener la propagación de la enfermedad.
“La OMS está trabajando junto al Departamento Nacional de Salud de Papúa Nueva Guinea para frenar urgentemente la propagación del virus”, indicó la organización en su cuenta especializada en polio en la red social X.
El Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef), que participa activamente en la respuesta, anunció el despliegue de expertos en inmunización, cadena de frío, promoción de salud y cambio de comportamiento tanto a nivel nacional como provincial. La representante de Unicef en el país, Veera Mendonca, advirtió que “muchos niños papuanos están en situación de vulnerabilidad” frente a la polio, por lo que urgió a fortalecer los programas de vacunación sistemática.
La estrategia de contención incluye dos rondas de vacunación antipoliomielítica y una campaña intensiva de concienciación comunitaria para proteger a los niños en todo el territorio nacional.
La OMS recordó que la polio se transmite de persona a persona, principalmente por vía fecal-oral, y puede causar parálisis irreversible en uno de cada 200 casos. Entre un 5 % y un 10 % de los afectados mueren por parálisis de los músculos respiratorios. Aunque los casos por poliovirus salvaje se han reducido en más de un 99 % desde 1988, el virus persiste en zonas con baja cobertura de vacunación, siendo Afganistán y Pakistán los únicos países donde aún es endémico.
El Gobierno de Australia también se ha sumado a los esfuerzos internacionales para contener el brote en la nación oceánica, que había sido declarada libre de la enfermedad hace 18 años.
Las autoridades sanitarias hacen un llamado urgente a las familias papuanas a colaborar con las jornadas de vacunación, a fin de evitar una propagación mayor del virus y proteger a las futuras generaciones.
