El presidente interino de Perú, José Jerí, anunció este martes la declaración de estado de emergencia en Lima y la provincia portuaria del Callao, medida que entrará en vigor a partir de la medianoche de este miércoles (05:00 GMT) y se extenderá por 30 días, con el objetivo de combatir la delincuencia organizada.
Durante un mensaje a la nación transmitido por televisión y redes sociales, Jerí señaló que la criminalidad “ha crecido de manera desmesurada”, causando dolor a miles de familias y afectando gravemente la economía nacional. A menos de dos semanas de asumir el cargo tras la destitución de Dina Boluarte, el mandatario aseguró que su gobierno busca “cambiar la historia” y devolver al país la paz y la tranquilidad.
“Las guerras se ganan con acciones y no con palabras”, expresó sin ofrecer mayores detalles sobre las medidas específicas que acompañarán la decisión.
Según el decreto publicado en el diario oficial El Peruano, durante el estado de emergencia quedarán restringidos derechos constitucionales, como la inviolabilidad del domicilio y la libertad de reunión, en un contexto en el que persisten las protestas contra el Gobierno y el Congreso, motivadas en parte por la inseguridad.
La disposición también autoriza a las Fuerzas Armadas a colaborar con la Policía Nacional en tareas de patrullaje en zonas consideradas críticas —como estaciones de transporte, paradas públicas e instituciones—, con el fin de reforzar la seguridad ciudadana.
Asimismo, militares y policías se encargarán de custodiar edificios públicos y establecer bases temporales para las operaciones conjuntas. Estas incluirán allanamientos y operativos masivos destinados a confiscar armas, municiones, explosivos y material pirotécnico ilegal.
En paralelo, se restringirán las visitas a los centros penitenciarios, y se implementarán medidas adicionales como apagones eléctricos en las celdas, con iluminación mínima, y el desmantelamiento de antenas de telecomunicaciones ilegales, bajo la supervisión de las Fuerzas Armadas.
Con esta decisión, el gobierno peruano busca contener la ola de violencia que ha incrementado la percepción de inseguridad en la capital y sus alrededores, en medio de un clima político aún inestable.