Donald Trump se convirtió este jueves en el primer expresidente estadounidense en ser condenado en un juicio penal, pero su veredicto de culpabilidad por falsificación de registros comerciales no implica, según diversos expertos, que vaya a entrar en la cárcel.
El jurado de su juicio en Nueva York no le absolvió de ninguno de los 34 cargos en su contra, cada uno de los cuales puede suponer una multa de hasta 5.000 dólares y de hasta cuatro años en prisión, en caso de que llegara a imponerle la máxima pena.
No obstante, lo más probable es que se dictará que lo decidido para cada uno de esos cargos se cumpla a la vez, lo que haría que ese periodo entre rejas se redujera a cuatro años en total.
Dan Horwtitz, abogado de defensa que en el pasado llevó casos de ‘cuello blanco’ para la oficina de la Fiscalía del distrito de Manhattan, apuntó este jueves en la cadena CBS News que la posibilidad de un arresto domiciliario es la más factible.
Esa sentencia permitiría al exmandatario y precandidato para las elecciones de noviembre proseguir su campaña, aunque fuera de forma virtual.
Pero las posibilidades son amplias: el juez Juan Merchan, en opinión del experto «podría sentenciarlo a un periodo de meses o semanas de cárcel o podría exigirle ir a la cárcel todos los fines de semana durante un tiempo y luego cumplir el resto de la pena en libertad condicional».