SANTO DOMINGO.- República Dominicana ocupa el tercer lugar entre los países de América Latina y el Caribe donde las autoridades de competencia son percibidas como ineficaces, según consta en el informe Competencia: ¿el ingrediente que falta para crecer?, publicado esta semana por el Banco Mundial.
El primer lugar entre los países con las políticas antimonopolio más ineficaces lo ocupa Haití, seguido de Venezuela y a República Dominicana le siguen Nicaragua, Paraguay, Argentina, Trinidad y Tobago, El Salvador, Guatemala y Uruguay, como se puede apreciar en el siguiente cuadro.
En la evaluación, que se basa en el período 2017-2018, el país obtuvo una calificación de 2.2, donde 1 es considerado ineficaz y 7 extremadamente eficaz. Los países de la región con las mejores calificaciones fueron Chile, Costa Rica y Panamá.
América Latina y el Caribe en general obtuvo 3.3, resultado calificado en el informe como mediocre en comparación con Europa, que obtuvo 4.2 en Europa y Estados Unidos, con 5.6.
¿Para qué sirven las políticas de competencia?
Las leyes de competencia o leyes antimonopolio son una herramienta que los países pueden utilizar para controlar los abusos de poder de mercado y promover una competencia más justa. Estas leyes supervisan la actividad de las empresas con niveles elevados de poder de mercado para evitar y castigar las malas conductas, explica el informe.
“La ausencia de competencia hace que los consumidores paguen precios más altos por bienes y servicios de menor calidad, reduciendo el bienestar general y contribuyendo a una desigualdad más elevada”, establece el documento.
El informe plantea que aunque muchos países de la región cuentan con leyes de competencia o leyes antimonopolio, estas solo son eficaces en la medida en que sean cumplidas.
Factores que limitan la competencia
El informe cita tres factores que limitan la competencia en la región y que contribuyen a que el sector empresarial tenga más poder que el sector político. Estos son la fragmentación de los sistemas políticos, la concentración de los medios de comunicación y la influencia de las empresas de propiedad familiar.