En un contexto marcado por la guerra comercial impulsada por el Gobierno de Estados Unidos, la República Dominicana ha puesto su mirada en sus valiosas reservas de tierras raras, recursos esenciales para la fabricación de componentes electrónicos. Estas reservas, estimadas en alrededor de 100 millones de toneladas, posicionan al país como un jugador clave en el suministro de minerales estratégicos en el hemisferio occidental.
El presidente Luis Abinader destacó que en los próximos meses se tendrá una cifra más precisa sobre el potencial minero del país. En una intervención reciente, el ingeniero químico Ramón Alburquerque subrayó la ubicación geográfica privilegiada de la República Dominicana, resaltando su cercanía con los Estados Unidos y otras economías del Atlántico como una “ventaja estratégica” para el desarrollo de estos recursos.
Este interés por las tierras raras ha atraído la atención de Estados Unidos, que ha expresado su apoyo al país caribeño en el desarrollo de estos minerales. Durante su visita a la República Dominicana en febrero, el secretario de Estado, Marco Rubio, manifestó que prefiere que los minerales críticos estén bajo el control de un aliado como la República Dominicana, en lugar de depender de otras potencias como China.
Actualmente, China domina el mercado de tierras raras, con un 90 % del refinado y un 92 % de los imanes fabricados con estos minerales provenientes del gigante asiático. De acuerdo con un informe de Goldman Sachs, el mercado global de minerales críticos está valorado en 320,000 millones de dólares y se espera que esta cifra se duplique para finales de esta década.
Las exploraciones en la provincia de Pedernales, particularmente en la reserva minera de Ávila, han comenzado con el apoyo de la Universidad de Barcelona y se mantienen con la colaboración del Cuerpo de Ingenieros del Ejército de EE.UU. Las autoridades locales, como el agricultor José Manuel Pérez, ven con optimismo los proyectos en marcha. “Si hay tierras raras, a todos nos conviene; aunque no sea en mi terreno, las mejoras viales nos benefician”, afirmó Pérez.
Con el respaldo internacional y una ubicación estratégica, la República Dominicana se perfila como un nuevo actor relevante en el mercado global de tierras raras, un sector con un potencial de crecimiento impresionante en los próximos años.