El presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, recibirá este viernes a representantes de 16 países del Caribe, entre ellos la República Dominicana, a fin de analizar nuevas formas de cooperación e iniciativas conjuntas frente a la grave crisis humanitaria que sufre Haití.
La llamada Cumbre Brasil-Caribe congregará a los presidentes de República Dominicana, Luis Abinader, y Guyana, Irfaan Ali, así como a los primeros ministros de Antigua y Barbuda, Bahamas, Barbados, Santa Lucía y San Cristóbal y Nieves, y el vicepresidente de Cuba, Salvador Valdés Mesa.
También asistirá el presidente del Consejo Presidencial de Transición (CPT) de Haití, Fritz Alphonse Jean, en tanto que Belice, Dominica, Granada, Jamaica, San Vicente y las Granadinas, Surinam y Trinidad y Tobago estarán representados a nivel ministerial.
Salvo Cuba, todos esos países integran la Comunidad del Caribe (Caricom), un bloque interesado en un acuerdo de libre comercio con el Mercosur (Argentina, Brasil, Uruguay, Paraguay, con Bolivia en proceso de adhesión), aunque las negociaciones nunca han llegado a prosperar.
La cumbre se enmarca en los esfuerzos de Lula por recuperar el dinamismo de la integración regional, que ha perdido empuje en los últimos años en medio de la fuerte polarización política que divide a América Latina.
Una agenda centrada en el comercio y el cambio climático
Brasil ha propuesto una agenda con cinco grandes ejes, que pasan por la seguridad alimentaria, el cambio climático, la gestión de riesgos y desastres, la transición energética y la conectividad marítima y aérea, como forma de potenciar el turismo y el comercio.
El intercambio comercial entre Brasil y los países caribeños en su conjunto llegó el año pasado a unos 4.000 millones de dólares, pero un 75 % está concentrado en el comercio con Guyana, República Dominicana y Trinidad y Tobago.
Las exportaciones brasileñas sumaron el año pasado 2.700 millones de dólares, por lo que la balanza es claramente desfavorable al Caribe, que en su conjunto está interesado en lograr una mayor presencia en el mercado de la primera economía latinoamericana.
Más allá del comercio, otro asunto central para la diplomacia brasileña es la cooperación frente al cambio climático, que amenaza en especial a los países insulares del Caribe, por el aumento del nivel de los océanos o con huracanes cada vez más violentos.
Según fuentes oficiales, Lula propondrá a los líderes reunidos en Brasilia diseñar una posición conjunta para la COP30, que Brasil acogerá en la ciudad amazónica de Belén en noviembre próximo.