Un hallazgo sin precedentes ha sorprendido a pescadores y científicos en las aguas del Caribe costarricense: un tiburón nodriza (Ginglymostoma cirratum) completamente naranja, una coloración jamás documentada en esta especie.
El ejemplar, de aproximadamente dos metros de largo, fue capturado en agosto de 2024 durante una excursión de pesca deportiva organizada por la empresa Parismina Domus Dei, cerca del Parque Nacional Tortuguero, a unos 37 metros de profundidad. Tras su registro, el tiburón fue liberado.
La captura fue realizada por Garvin Watson y el pescador Pablo Solano, y el hallazgo fue documentado por la Universidad Federal de Río Grande, con publicación oficial el 1 de agosto.
El tiburón presenta una piel naranja brillante y ojos blancos, sin iris visible, características que contrastan con el tono marrón habitual de los tiburones nodriza, utilizados normalmente para camuflarse en el lecho marino. Los expertos consideran que se trata de un caso de albino-xantocromismo, una condición conocida como xantismo o xantocromismo, causada por un exceso de pigmentación amarilla o anaranjada debido a la ausencia de pigmentos rojos.
Esta mutación es extremadamente rara en el reino animal y se ha documentado solo en algunos peces de agua dulce, aves como loros y canarios, y ciertos reptiles como serpientes y lagartos. La condición opuesta, denominada axantismo, se caracteriza por la ausencia total de pigmento amarillo.
El hallazgo ha despertado gran interés científico y mediático, no solo por su rareza, sino también por la posibilidad de estudiar cómo estas mutaciones afectan la adaptación y supervivencia de los animales en su hábitat natural.