En los últimos años, República Dominicana ha dado pasos significativos hacia la adopción de nuevas tecnologías y la digitalización, tanto en el sector público como privado, con un impacto directo en el desarrollo económico y social del país. Empresas, el gobierno y ciudadanos están cada vez más involucrados en el uso de herramientas digitales, lo que está transformando sectores clave como la educación, la salud, el comercio y los servicios financieros.
El sector empresarial ha sido uno de los principales impulsores de esta transformación. Las pequeñas, medianas y grandes empresas han integrado tecnologías como el comercio electrónico, la automatización de procesos y el uso de plataformas digitales para mejorar su competitividad. Por ejemplo, los comercios locales están adoptando plataformas de ventas en línea y pagos electrónicos, lo que no solo aumenta su alcance, sino que también les permite optimizar sus operaciones y mejorar la experiencia del cliente.
Según la Cámara de Comercio y Producción de Santo Domingo, las empresas que han adoptado soluciones tecnológicas han logrado una mayor eficiencia y una reducción de costos operativos.
El gobierno dominicano también está apostando por la digitalización para mejorar sus servicios y la transparencia. Iniciativas como la implementación de la "ventanilla única" para trámites empresariales en línea, y el avance de la educación digital a través de plataformas como "Educa 2025″, son ejemplos claros de cómo la administración pública está impulsando la modernización.
Además, la digitalización de la administración pública ha facilitado el acceso de los ciudadanos a servicios como el pago de impuestos, la solicitud de documentos y la consulta de información pública, lo que genera mayor confianza en las instituciones.
Brecha digital en la República Dominicana
Sin embargo, según el periodico El Dinero, la brecha digital en la República Dominicana está creciendo y amenaza con marginar a miles de ciudadanos del desarrollo tecnológico y económico. Mientras el mundo avanza aceleradamente hacia una era dominada por la Inteligencia Artificial y la hiperconectividad, el país enfrenta un riesgo latente: una desconexión progresiva que podría ampliar las desigualdades sociales y frenar el acceso a la educación, la innovación y el empleo.
Los datos de 2024 y 2025 revelan una realidad dual: aunque se han logrado avances significativos en la infraestructura digital, la velocidad de crecimiento no es suficiente para cerrar la brecha digital, lo que pone en peligro la competitividad del país en un mundo cada vez más tecnológico.
Según las últimas cifras de conectividad, entre 2024 y 2025, la población dominicana creció de 11.38 millones a 11.5 millones, con un aumento del 0.8%. Este crecimiento estuvo acompañado de una ligera urbanización, que pasó del 84.6% al 85.2%, consolidando al país como una de las naciones más urbanizadas de la región. Sin embargo, los datos muestran una ralentización en el crecimiento de las conexiones móviles y una preocupante estabilización en el uso de redes sociales, lo que refleja un desafío creciente para expandir el acceso a la tecnología.
El impacto de estas tendencias en la economía dominicana es claro: el país ha visto un incremento en la productividad, la innovación y la competitividad internacional, pero también enfrenta desafíos importantes. A medida que el país avanza, es fundamental seguir impulsando la educación y la capacitación en nuevas tecnologías, mejorar la infraestructura digital y trabajar en la inclusión tecnológica para que todos los ciudadanos puedan beneficiarse de las oportunidades que ofrece la era digital.