Alguna vez humillados por Donald Trump, sus exrivales en las internas republicanas cerraron filas el martes en torno a la candidatura presidencial del empresario, sobreviviente de un intento de asesinato, y llamaron a la unidad partidaria.
En el segundo día de sesiones de la Convención Nacional Republicana de Milwaukee, Trump y su compañero de fórmula J.D. Vance, aplaudieron de pie desde su palco la entrada al escenario de Nikki Haley y Ron De Santis, contendores del exgobernante en las primarias.
El magnate de 78 años mantiene la oreja derecha vendada, tras ser herido por el disparo de un tirador durante un mitin en Pensilvania. Algunos partidarios en el auditorio también se cubrieron una parte de la oreja con un papel blanco.
"Lo hice en honor al presidente Trump y el sacrificio que hizo por nuestro país: casi ser asesinado para salvar a nuestro partido, nuestro país y nuestra república. Espero iniciar una tendencia, de verdad", dijo a la prensa Joe Neglia, de 63 años, delegado de Arizona.