En el marco del Día Mundial del Lavado de Manos, el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) hace un llamado urgente a garantizar el acceso seguro y sostenible al agua, saneamiento e higiene para cada niña, niño y adolescente en República Dominicana.
Contar con servicios adecuados en estas áreas básicas es esencial para proteger la salud de la niñez, apoyar su desarrollo y prevenir enfermedades evitables.
Acciones tan simples como lavarse las manos con agua y jabón continúan siendo una de las formas más eficaces y económicas de prevenir infecciones respiratorias y gastrointestinales.
Sin embargo, en República Dominicana persisten importantes desafíos. Según la Encuesta Nacional de Hogares de Propósitos Múltiples (ENHOGAR-MICS) 2019, solo el 52.4 % de los hogares cuenta con una instalación fija para el lavado de manos, reduciéndose a un 39.6 % en las zonas rurales y a un 19.2 % en los hogares del quintil socioeconómico más pobre.
La zona suroeste del país, correspondiente a la región de planificación Enriquillo (que incluye las provincias Barahona, Bahoruco, Independencia y Pedernales), es la más afectada, con apenas el 36.7 % de los hogares disponiendo de un lugar para lavarse las manos con agua y jabón.
En el país, el lavado de manos sigue siendo un reto: el 14 % de los hogares recurre a objetos móviles —como cubetas o envases— para hacerlo, y la cifra sube a 26.7 % entre los más vulnerables. Más alarmante aún, en casi uno de cada cuatro hogares no hay ninguna instalación disponible para lavarse las manos, una realidad que se agrava cuando los padres no tuvieron acceso a la educación primaria.
“El lavado de manos es una medida sencilla que salva vidas, pero su efectividad depende de que todos los niños y niñas tengan acceso a servicios de agua, saneamiento e higiene de forma segura y sostenible. No podemos hablar de equidad ni de oportunidades reales sin garantizar este derecho básico”, afirmó Anyoli Sanabria, representante interina de UNICEF en la nación dominicana.
Ante este panorama, UNICEF hace un llamado a redoblar los esfuerzos de inversión pública y coordinación interinstitucional para garantizar el acceso a agua segura en los hogares, escuelas y centros de salud, asegurando las condiciones necesarias para el lavado de manos en los momentos clave.
Asimismo, resalta la importancia de fortalecer los programas de educación en higiene, involucrando a niños, niñas y adolescentes en actividades de sensibilización que les permitan convertirse en agentes de cambio dentro de sus comunidades.