“Forma de sociedad que reconoce y respeta como valores esenciales la libertad y la igualdad de todos los ciudadanos ante la ley”, así define la Real Academia de la Lengua (RAE), la palabra democracia, el sistema político que abraza la mayoría de los países del mundo y del que la República Dominicana, goza en demasía.
Y digo en demasía, ya que, en el exceso, se sustenta la base del fracaso, aún cuando se trate de libertad. Esa misma libertad que te permite, por ejemplo, recolectar firmas y de la nada, construir un partido u organización política.
“Avancemos", del dirigente político Carlos Amarante Baret, es una nueva propuesta, que llega a abultar aún más, la amalgama partidaria en la República Dominicana, que, en la actualidad, cuenta con 35 partidos y ocho agrupaciones políticas… aplauso para la democracia que permite tal locura.
Lo curioso es que, ese exceso de libertad no lo pagan sus creadores, sino el pueblo dominicano, que debe alimentar el monstruo que crece y crece… en nombre de la democracia.
Así está consignado en la propia Ley 20-23 sobre Partidos y Agrupaciones Políticas, que establece en su artículo 224 lo siguiente. “Asignación de partida económica del Estado a los partidos. Se consignará en el Presupuesto General del Estado un monto equivalente al medio por ciento (1/2%) de los ingresos nacionales en los años de elecciones generales y un cuarto por ciento (1/4%) en los años que no haya elecciones generales.
En términos llanos, la propuesta presupuestaria para el 2025, que asciende a billón 484 mil millones de pesos, tendrá una partida de RD$3,710,000,000, (tres mil setecientos diez millones de pesos), por ser un año no electoral, contrario a este año, en el que los dominicanos acudieron a las urnas y se derogaron cerca de seis mil millones de pesos, equivalentes al 1/4 por ciento del PGN.
Esa suma, distribuida conforme a la ley, por la Junta Central Electoral (JCE), se toma de las recaudaciones, que su vez, sale del bolsillo de los dominicanos, quienes pagan impuestos y aportan al fisco, alimentando un enjambre de partidos y agrupaciones políticas, tan grande, que compite con países mucho más amplios en términos generales del electorado.
La República Dominicana, está por encima de la media regional, en la que los países de América Latina, promedian entre 10 y 20 partidos e incluso de grandes potencias, como Brasil, por ejemplo, una nación de 212,6 millones de habitantes y donde coexisten 32 partidos políticos.
Lo mismo sucede al compararlo con México, que pese a tener 126,014,024 millones de habitantes, solo cuenta con seis partidos reconocidos por el Instituto Nacional Electoral (INE).
Pero si lo miramos desde el punto de vista de económicos, en los Estados Unidos existen 53 partidos, aunque solo el Partido Republicano y el Partido Demócrata se presenten como los pilares de la democracia norteamericana, pero incluso ellos, deben recaudar dinero para sus campañas.
Lejos de ser el Estado quien mantenga estas organizaciones, son las donaciones y recaudaciones las que hacen posible que los partidos compitan presentando sus candidaturas y no por esto existe menos democracia en Estados Unidos que aquí.
La diferencia está en qué, como decía mi abuelo, “quien quiere moño bueno, que aguante jalones´” y busque los mecanismos de financiamiento para sus aspiraciones particulares, porque, así y solo así, se detiene el derrotero en un país que tiene un partido, por cada 315,000 personas, aproximadamente.
Lo que me lleva a preguntar… ¿y sin dinero, hubiese tantos…? Ummmm ¡No lo sé Rick!
