La dirigente política Zoraima Cuello aseguró este lunes que la educación dominicana atraviesa un momento crítico, que el presupuesto más alto de su historia no se refleja en mejoras reales para estudiantes y docentes, mientras las áreas más vulnerables permanecen sin atención.
Mediante un comunicado Cuello señaló que, desde 2019, el presupuesto para educación ha crecido un 82 %, pero los indicadores muestran retroceso: menos estudiantes en las aulas, más abandono escolar y peores niveles de cobertura en primaria y secundaria. “No es un problema de recursos, sino de cómo y dónde se invierten”.
En 2024, el 91.48 % del gasto educativo se destinó a gastos corrientes, dejando apenas un 6.54 % para inversión en infraestructura y equipamiento. La inversión física cayó de RD$29,184 millones en 2013 a RD$10,102 millones en 2024, mientras se duplicaban partidas como contratación de servicios y transferencias corrientes, sin impacto medible en la calidad educativa, detalló.
Zoraima dijo que uno de los casos más preocupantes se dio en el concurso docente 2024-2025. El sistema requería 8,024 maestros y se contrataron 9,698, es decir, 1,674 más de lo necesario. El exceso más significativo se registró en: Educación inicial: se requerían 915 maestros y se contrataron 2,763, alcanzando un 302 % de cobertura (1,848 más de lo necesario).
En ciencias de la naturaleza: se requerían 81 maestros y se contrataron 352, alcanzando un 435 % de cobertura(271 más) y en educación Física: se requerían 446 maestros y se contrataron 891, con un 200 % de cobertura (445 más). En contraste, áreas críticas quedaron totalmente desatendidas, como educación especial que se necesitaban 413 maestros y no se contrataron ninguno.
“Este desbalance no es responsabilidad de los docentes, sino de la falta de planificación estratégica en la gestión. El resultado es un sistema que no prioriza a los estudiantes que más necesitan apoyo”, subrayó Cuello.
Exhortó a las autoridades a cumplir con los compromisos del Pacto Educativo, retomar las evaluaciones docentes, priorizar la inversión sobre el gasto corriente y planificar con base en datos y evidencias.
“La educación no necesita más anuncios; necesita gerencia, visión y voluntad política real. Cada peso mal gastado es una oportunidad que se esfuma, y cada año perdido es una generación que queda atrás”, concluyó.